LA PERSONALIDAD Y LA DEIDAD

 

DEL ESPIRITU SANTO

 

 

 

Para saber si el Espíritu Santo es una persona se hace necesario examinar si cumple con las condiciones básicas que hacen de un ser una persona.


 

Las tres cualidades básicas de la personalidad son: La capacidad de razonar, la capacidad de experimentar emociones y la capacidad de decisión.

 

La razón. El Espíritu Santo posee razón.

 

Intercede

 

Romanos 8: 27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

 

 

Escudriña, revela

 

1ª Corintios 2: 10-11 Porque Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios. Porque ¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

 

 

Consuela

 

Juan 14:26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quién el padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

 

 

Llena

 

Romanos 15:13 Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.

 

 

Guía

 

Juan 16:13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

 

Las emociones. El Espíritu Santo posee sensibilidad y es capaz de experimentar emociones.

 

Se enoja

 

Isaías 63:10 Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.

Ama

Romanos 15:30 Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios.

 

Se contrista

 

Efesios 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

 

La voluntad. El Espíritu Santo es capaz de tomar decisiones por sí solo.

Reparte como él quiere.

 

1ª Corintios 12:11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

 

Puesto que el Espíritu Santo reúne las cualidades de la personalidad, concluimos que él es una persona y no simplemente una influencia. Además la Escritura se refiere siempre a él como a una persona.

 

Juan 14:16-17 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de Verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

 

Las acciones que la Biblia atribuye al Espíritu Santo pueden ser ejecutadas tan sólo por una persona.

 

Se nos dice que el Espíritu Santo habla.

 

Hechos 8:29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.

 

Apocalipsis 2:7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

 

Enseña

 

Juan 14:26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

 

Reprueba

 

Juan 16:8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

 

Elige

 

Hechos 13:2 Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.

 

Hechos 16: 6-7 Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; Y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió.

 

Hechos 20:28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.

 

 

Testifica

Juan 15:26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

Guía

Romanos 8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.

 

Gálatas 5:18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley

 

Escudriña

 

1ª Corintios 2:10 Pero Dios nos las reveló a nosotros, por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios.

 

 

Intercede

 

Romanos 8:26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

 

Habiendo demostrado que el Espíritu Santo es una persona, queda pendiente el asunto de su divinidad. En cuanto a esto hay suficiente evidencia como para concluir que él es Dios.

 

 

El Espíritu Santo es declarado Dios en el Antiguo Testamento.

 

Compárese:

 

Isaías 6: 8-10 con Hechos 28: 25-27; Jeremías 31: 33-34 con Hebreos 10: 15-17.

 

Isaías 6: 8-10 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Y dijo: Anda, y dí a este pueblo: Oid bien, y no entendáis; ved por cierto, más no comprendáis. Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con los ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.

 

 

 

Hechos 28: 25-27 Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo estas palabras: Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestro padres diciendo: Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis; Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyeron pesadamente, Y sus ojos han cerrado, para que no vean con los ojos.

 

 

 

Jeremías 31: 33-34 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón, y yo seré a ellos por Dios, y ellos me sarán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

 

 

 

Hebreos 10:15-17 Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, Y añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.

 

El Espíritu Santo es declarado Dios en el Nuevo Testamento.

 

Hechos 5: 3-4 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a Ti? Y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.

 

2ª Corintios 3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

 

El Espíritu Santo es declarado Dios en razón a sus atributos.

 

El es Omnipresente

 

Salmo 139: 7-10 ¿a dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?

 

Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.

 

Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aún allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.

 

 

El es Omnisciente

 

1ª Corintios 2:10-11 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

 

 

El es Eterno

 

Hebreos 9:14 ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

 

 

 

Concluimos, pues, que el Espíritu Santo es una persona divina.