EL ESTADO DE LOS MUERTOS

 

 

Al estado de los muertos se le llama también el estado intermedio porque la muerte es el período que media entre la vida física y la vida de resurrección.

 

La muerte física se produce en el momento en que el alma se separa del cuerpo. El cuerpo va al polvo, de donde fue tomado, y el alma pasa al estado intermedio.

Eclesiastés. 12:7 y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.

 

Para comprender lo que sucede en el estado intermedio, es importante establecer las sustanciales diferencias que se han producido en él a partir de la muerte y resurrección de Cristo.

 

Antes de la muerte de Cristo. El estado de los muertos fue descrito por el Señor Jesús en su relato del rico y Lázaro.

Lucas 16: 19-31   19Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, 21y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 26Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. 27Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. 29Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. 30Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.31Mas Abraham le dijo:

Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.

 

 

En esta porción se establece que después de la muerte las almas de los muertos son conducidas a un lugar llamado Hades. (Versículo 23).

      

Este lugar, situado en el centro del planeta tierra, estaba dividido en dos secciones separadas por un abismo (Versículo 26).

      

La parte superior del Hades se llamaba "Seno de Abraham" o "Paraíso" (Versículo 22);

Éste era un lugar de consuelo, en donde reposaban las almas de los justos (Versículo 25).

      

La parte inferior era llamada solamente "Hades",

Y era un lugar de tormento donde eran arrojadas las almas de los injustos (Versículo 23).

 

Es importante también notar en este relato que las almas de los muertos continúan en completa conciencia.

 

a) Pueden reconocerse entre ellas. Versículo 23

 

b) Poseen sensibilidad. Versículo 24

 

c) Pueden comunicarse Versículo 24

 

d) Recuerdan sus vidas en la tierra. Versículo 25.

 

e) Recuerdan a sus familiares que todavía están con vida.

   Versículos 27 y 28.

 

Durante la muerte de Cristo.   Cuando el Señor Jesús murió en la cruz, su cuerpo fue sepultado; pero su alma descendió al Hades

 

Hechos 2:31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción.

 

 

 

Al lugar de consuelo, donde estaban las almas de los justos.

 

1 Pedro 3: 18-19 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;   en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,

      

El propósito de descender al Hades era el de llevar a las almas de los justos la buena nueva de que las promesas de redención habían sido cumplidas en él.

 

Otros pasajes que demuestran el descenso de Cristo al seno de Abraham o Paraíso son:

 

Mateo 12:40   Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

 

Lucas 23:43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

 

Efesios 4: 9-10 Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?   El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.

 

Cuando el Señor Jesús resucitó de entre los muertos se llevó consigo las almas de los justos que durante los siglos anteriores habían aguardado su llegada en el Seno de Abraham.

 

Efesios 4: 8-10   Por lo cual dice:

Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres.

Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?   El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.

 

Después de la resurrección de Cristo.   Al ascender a lo alto, Jesús trasladó el Paraíso hasta el tercer cielo.

 

2 Corintios 12: 2-4 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.

 

Los injustos fueron dejados en el Hades que continúa estando en el centro de la tierra y es el lugar donde son depositadas las almas de los incrédulos en la actualidad.

Cuando una persona muere en sus pecados, su alma es llevada al Hades en donde es atormentada hasta que llegue el día del Juicio Final.

 

Apocalipsis 20: 13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.

 

En cuanto a los justos, cuando mueren, sus almas son llevadas de inmediato a la presencia del Señor, al Paraíso.

 

2 Corintios 5: 6-8 Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.

 

Filipenses 1: 21-24 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.   Más si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.   Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;   pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.

 

La razón por la que antes de la muerte de Cristo las almas de los justos no pasaban a la presencia del Señor de inmediato, como sucede en el presente, era que la sangre que quita el pecado del mundo no había sido derramada; pero, cuando Cristo murió, descendió a dar la buena nueva a los justos, los tomó con él al tercer cielo y allí está recibiendo a todos los que duermen en él.

Su sacrificio ha hecho toda la diferencia.